La esquiva Águila perdicera.

Ejemplar adulto de Águila perdicera.

Esta es la primera entrada que hago sobre esta águila y ello debido a las escasas observaciones que en los últimos años he tenido de ella. Se trata del Águila perdicera Aquila fasciata, una rapaz de gran tamaño pero a la vez ágil y versátil en cuanto a su comportamiento cazador. Puede considerarse la rapaz típica de los ecosistemas montañosos mediterráneos, que constituyen su hábitat óptimo. Allí las parejas establecen su territorio de por vida y permanecen unidas todo el año, llegando incluso a cazar juntas. Sitúan el nido preferentemente sobre un cortado rocoso, o bien sobre un árbol, pero éstos son la minoría.

Esta pareja, que ya pensaba desaparecida de la zona, por ser una de las más seriamente afectadas por el incendio de hace unos años, me dejó ayer sorprendido al comprobar que no solo continuaban allí, sino que además habían logrado criar al menos a un pollo.

Es una especie con fuertes declives en su población -al menos en la ibérica- en las últimas décadas, llegando a desaparecer de gran parte del territorio peninsular. Las poblaciones más numerosas ahora mismo se encuentran en Extremadura, Andalucia y el este peninsular. En el Libro Rojo de las Aves de España figura ya como “en peligro” aunque en el Catalogo de Especies Amenazadas solo se encuentra como “vulnerable”. Lo que está claro es que el declive es evidente y favorecido por la rarefacción del conejo y por diversas causas de origen humano (caza, electrocución, etc).

Vive en una amplia franja desde el sur de Asia hasta la cuenca mediterránea, siendo España la que alberga alrededor del 75% de la población europea, alrededor de unas 800 parejas en el mejor de los casos.

En Marbella es cada vez más rara su presencia y al menos conozco de la desaparición de un territorio en los últimos años, aunque aún así mantenemos al menos dos parejas -que yo comozca- en nuestras sierras.