A escasos dias de la llegada de junio son ya muchos los volantones que pueden verse. Esta mañana varias observaciones, algunas de ellas algo "desafortunadas", han sido lo más destacable de esta primavera avanzada.
Una familia de Currucas rabilargas Sylvia undata en Los Manchones con varios volantones despedigados por el matorral, mientras los padres construian con cierto frenesí un nuevo nido. Estas y otras muchas especies aprovechan al máximo la época de bonanza e intentan sacar adelante al mayor número de polladas posibles. Una estrategia se supervivencia que aunque les obliga a un enorme esfuerzo, se ve recompensada en un mayor numero de jóvenes con posibilidades de sobrevivir. Y es que a renglón seguido he sido testigo de la cara más dura de la vida silvestre: la depredación.
Un Cernícalo vulgar Falco tinnunculus se ha llevado a una joven Golondrina en sus garras al pillarla desprevenida posada en una rama. El revuelo ha sido mayúsculo y todas las Golondrinas del lugar han salido en persecución del pequeño Hálcón, como para intentar que soltase a su joven presa, cosa que no ha sucedido. Y casi en el mismo lugar una rapaz de mediano porte, en este caso una Aguililla calzada Hieraaetus pennatus, también aprovechándose de la inexperiencia de las jovenes aves, ha sorprendido a un volantón de Estornino que se ha llevado por los aires.
Sigo tu blog con interés y aprovechando tu entrada de hoy me gustaría preguntarte si es posible que una rapaz pequeña puede que algo parecido al cernícalo de la foto o algo parecido, "moleste" a una gaviota en pleno vuelo. Lo he visto esta mañana en la Maestranza, en Nueva Andalucía. Varias veces se ha lanzado sobre la gaviota que "chillaba" y se desequilibraba cayendo unos metros hasta que volvía a remontar. Así hasta que la gaviota escapó presurosa.
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