Esta tarde ventosa y desapacible a ratos, he visto por primera vez la pareja de Culebrera europea Circaetus gallicus.
No sería raro que llevaran ya algunas semanas incluso instaladas en su territorio, pero la meteorología me ha impedido este año detectarlas antes.
Estas incansables viajeras transaharianas se marcharon a finales de septiembre y ya en febrero han regresado a su zona de cría.
Mecidas por el poniente se dejaban llevar por éste sobre las laderas de Sierra Blanca, mientras emitian un sonoro piar que las mantenia en contacto.
También una pareja de Cuervos Corvus corax patrulló por las primeras estribaciones de la sierra en busca de algo que llevarse al pico.
Por último otras dos pequeñas rapaces remataron la tarde. Primero fue el omnipresente Cernícalo vulgar Falco tinnunculus, que jugaba con el viento mientras escrudiñaba el terreno. Y a última hora otro pequeño "pirata" especializado en cazar pequeños pájaros: el Gavilán común Accipiter nisus, mucho más discreto que los anteriores, aunque se dejo ver a placer en esta ocasión.
Además y como colofón descubrí las primeras orquideas en flor de la temporada en el Pinar de Nagüeles.
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