domingo, 7 de agosto de 2022

El escaso mochuelo.

 

Sin lugar a dudas el mochuelo europeo Athene noctua es la más conocida de las estrigiformes ibéricas. Y ello es debido a que durante siglos, ha sido un habitante asiduo de entornos agropecuarios. Aunque puede vivir en una gran variedad de paisajes, siempre ha sentido predilección por entornos transformados, en parte por el ser humano.


Aunque evidentemente es un ave nocturna, el mochuelo puede estar activo durante el día, sobre todo a primeras horas de la mañana; y cuando se encuentra criando a su prole también es mas proclive a alargar su periodo de actividad, llegando entonces a permanecer activo durante más tiempo. Cuando descansa durante el día, generalmente en lo más profundo de un árbol, si tiene la mala suerte de ser detectado por los pájaros del entorno, puede llegar a pasarlo realmente mal. La detección de la presencia del mochuelo entre mirlos, carboneros, pinzones y otros pájaros de pequeño porte, suele originar tal algarabía, e incluso pequeños conatos de agresión, que el pobre mochuelo suele optar por marcharse y cambiar de lugar de descanso.


Suele ser un cazador al acecho. Posado en una rama de algún árbol u otro punto elevado, observa y sobre todo escucha, lo que ocurre a su alrededor. Cuando detecta una presa se lanza con un vuelo recto y rápido en su busca, generalmente en el suelo.

A pesar de su gran adaptabilidad y poca exigencia en cuanto al hábitat y a la alimentación, este pequeño búho no pasa por su mejor momento. En el entorno costasoleño se detecta una reducción significativa de efectivos de un tiempo a esta parte, y resulta incluso ya un hecho relevante su mera observación.

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