domingo, 5 de diciembre de 2021

Curruca rabilarga, discreta habitante del matorral.

 

Este pequeño pajarillo, es mucho más fácil de localizar por su reclamo,  que suele emitir entre los intrincados matorrales, que observarla al descubierto. Su rasgo físico más característico es su larga cola -que le proporciona el nombre-, y que suele balancear a menudo en sus cortos vuelos entre los matojos.


La curruca rabilarga Sylvia undata, es probablemente el más característico habitante alado de los matorrales de degradación o sustitución del bosque mediterráneo de quercíneas. Se encuentra sobre todo en jarales, jaguarzales, brezales, aulagares y otras formaciones arbustivas que sustituyen al bosque primigenio .

Solo se encuentra en la península ibérica, oeste de Francia, Italia y el sur de Inglaterra. En todos estos lugares no llega a ser nunca muy abundante y presenta densidades dispares. En todo caso Iberia alberga la mayor población a nivel mundial de esta pequeña curruca.


En Marbella es un ave, que aunque en mi percepción ha descendido numéricamente en las últimas décadas, todavía la podemos localizar con cierta facilidad en los matorrales de escaso porte. En ocasiones llega a verse incluso en zonas dunares. Pero donde más fácil es de toparnos con ellas es en los matorrales de sierra blanca, aunque también la encontramos en otros puntos del término, siempre con este tipo de hábitat, que esta pequeña y escurridiza avecilla recorre insistentemente en busca de pequeños insectos, arácnidos y larvas, que son la base de su alimentación.

No presenta movimientos migratorios de relevancia, si bien se nota un aumento de la población en nuestro término y esto podría deberse a que algunas aves más norteñas o de zonas más altas, lleguen a pasar los meses más fríos.

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