miércoles, 3 de mayo de 2017

Ellas.

Hembra de Curruca tomillera.
Los machos de casi todas la especies de paseriformes suelen ser de vistosos plumajes. Algunos incluso lucen otro tipo de galas con el fin de atraer a las hembras. Para los que nos gusta la observación de aves nos deleita esta “explosión” de colorido que ahora, que estamos en fechas de cría. se encuentra en su máxima expresión.
Si además se trata de especies migrantes, que no crían en nuestro territorio, la alegría es doble: ver a una especie que solo se deja ver durante el paso y maravillarse con su porte y colorido.
Pero en ocasiones el destino es caprichoso y pone al alcance de nuestras ópticas especies interesantes, pero en su versión femenina, con coloración más discreta y en general menos llamativas.
Hembra de Curruca zarcera.

Es de justicia recordar que las hembras cumplen su función en la biología de las especies; son una parte tan importante o más que los machos y si tienen una apariencia menos llamativa es por algo. En general para pasar más desapercibidas mientras incuban, crían y en definitiva, sacan adelante a la especie.  

Y esto es lo que me sucedió días atrás cuando pude observar a varias especies de migrantes transaharianas en paso por Marbella, pero todos los ejemplares avistados fueron hembras.
Puede que fotográficamente no sean tan espectaculares pero para mi son tan importantes como sus congéneres masculinos y las disfruté exactamente igual.
Hembra de Colirrojo real.

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