Como reproductor resulta escaso en Marbella, como invernante es algo más numeroso, pero sin llegar en ningún caso a ser un ave común. Hablo del roquero solitario Monticola solitarius, que como su nombre indica, no es un ave gregaria, más bien al contrario, es territorial y solitaria.
Habita zonas de roquedos en sentido amplio, e incluso algún edificio más bien poco frecuentado o abandonado, sin meterse en zonas urbanas propiamente.
Es insectívoro, pero incluso consume pequeños reptiles y algún fruto, y es una de las aves más llamativas de nuestra Sierra Blanca, ya que el macho en época reproductora es de un intenso color azul.
De marcado carácter termófilo, como suele moverse en terrenos rocosos y poco arbolados, no resulta difícil de localizar, allí donde esté presente, siendo frecuente observarlo sobre algún saliente rocoso o similar.
Hace unos días lo volví a ver en un edificio, concretamente un centro escolar, donde ya lo detecté el pasado año. Como dije antes, puede criar en ellos, siempre que encuentre algún hueco apropiado donde situar el nido, y eso parece haber ocurrido en este lugar.
Aunque está ampliamente distribuido, por zonas de Eurasia y África, falta en amplias zonas y no resulta muy frecuente, por lo que siempre es un ave interesante y más si está criando, como es el caso.
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